Justo antes de que la película sea una película

siempre llega este momento.
es el final, el retoque fino, el detalle.
se precisa de mucha concentración.

ya tenemos una imagen coloreada,
un sonido mezclado en tres canales,
unos subtítulos a cadencia de 25 cuadros.

todo eso, entreverado gracias a la magia tecnológica,
llegará a ser nuestra película.
esa que va a verse en las salas de cine.
que ya no va a ser en fílmico,
porque el celuloide ahora es cosa de románticos,
de quienes siempre lo vamos a extrañar.

y nos guste o no,
aprenderemos a nombrar toda esa parafernalia digital:
el dcp, el mixdown, el framerate, los bits.
son cosas del oficio,
como abrir un gabinete y reconocer los discos rígidos,
saber cuál es la memoria ram, la placa madre.
todo eso que tenemos que saber-o-saber.

mientras tanto, afuera llueve la primavera
y se acerca la fecha del estreno.
cambio la cadencia de un subtítulo, cambio otro.
tengo paciencia de costurera.